Regreso al Pasado: Alcatel One Touch Easy

Corría el año 1997-98, recuerdo que había quedado con los amigos para ir al cine y tenía una sorpresa guardada bajo el brazo, bueno, guardada en el bolsillo y de aquella manera. Horas antes había ido a la tienda Amena para adquirir el que sería mi primer teléfono móvil, el Alcatel One Touch Easy, recuerdo que fue mediante un Pack Dúo, es decir, mi hermana, la cual no levantaba dos palmos del suelo, también iba a disfrutar de la tecnología del momento con otro terminal exactamente igual.

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Cuando me lo dieron, estuve dos horas inmóvil contemplando todas las opciones que tenía, ahora ya podía jugar, recibir llamadas, enviar sms y llamar a quién quisiera estuviera donde estuviera. Perdí el autobús para ir al cine por navegar entre sus menús y al llegar al punto de encuentro, mis amigos notaron algo, ya que además de mi sonrisa permanente, vieron que algo había en el bolsillo de mis pantalones vaqueros, la silueta de un "ladrillo" se marcaba a través del tejido, era mi reluciente y llamativo Alcatel "Tochazo", así se le conocía.

Al mostrarlo, apareció una de las frases más habituales que se dan hoy en día: “A ver déjame verlo” Obviamente, verlo significaba: “¡Déjame trastearlo y cogerlo por Dios!” Fui el primero del grupo en llevar un teléfono móvil, apenas tenía contactos en la agenda y a pesar de no poder llamar a ninguno de éstos todavía, sabía que ahora iba a la moda, tenía el poder de la tecnología en mis manos y nadie iba a quitarme la ilusión.

Ahora nos parecerá mentira, pero por aquellos años, el adolescente que tenía un teléfono móvil era un figura. No puedo decir que ligara más, lo cierto es que por culpa del maldito teléfono, dejé un poco de lado otras preferencias no menos importantes. Tuvieron que pasar unos días para que se restableciera la normalidad.

Pero, ¿Qué tenía el Alcatel One Touch Easy?

Lo justo para que se le pudiera llamar teléfono móvil. Lo cierto es que si tenemos la suerte de tener todavía a mano alguno de ellos, veremos que estos modelos, como muchos otros de la época, nos ofrecían muy pocas funciones comparadas con las que hoy tenemos.

El gran mérito que tuvo el One Touch fue, sin duda, su precio realmente asequible. Creo que este modelo hizo muchísimo por la popularización y expansión de la telefonía móvil en nuestro país, sobre todo entre los jóvenes gracias sobre todo al antedicho Pack Duo de Amena. Es incontable la cantidad de parejas que adquirieron estos packs, que además de los móviles a precio imbatible incluían dos tarjetas con números normalmente consecutivos y que tenían una tarifa especial para llamadas entre ellos (popularizando entonces el verbo “duar”…. “estoy duado con mi novia”). También era curioso el hecho de que se vendiera en varios colores muy llamativos, en contra de los tan extendidos negros y/o grises.

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Una cámara para aquellos momentos tan especiales

Contaba con una cámara de…No, ¡No tenía cámara! Si estabas en un concierto, mecherito, y si estabas en tu estadio viendo a tu equipo lograr una gesta histórica como la del Hércules 2- Barcelona 1, foto mental y póster. No había para más, al menos para el que tuviera este pedazo de teléfono.

Unas dimensiones y prestaciones de lujo

En aquella época Alcatel registró una popularidad que más quisiera tener ahora, sin embargo, el teléfono estrella del momento no era precisamente pequeño y ligero. Si nos detenemos un segundo en sus dimensiones, veremos que la altura y anchura no son tan abismales en comparación con los últimos smartphones lanzados al mercado, sin embargo, el grosor afortunadamente sí ha sido reducido considerablemente. Creo que con esta imagen tendrás más que suficiente como para hacerte una idea:

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Eso por no hablar de la gran pantalla de LCD monocroma, que le daba un toque nada parecido a lo que hoy conocemos. Era como si tuviéramos una calculadora Casio en nuestras manos, aunque incluso ésta ofrecía más opciones que el terminal.

La batería más resistente

La batería Ni-Mh de 580 mAh daba para apenas 3.5 horas de uso continuado. Si ahora nos quejamos, imaginémonos con uno de estos “cacharros” alimentando nuestro smartphone. Sin embargo, había un dato curioso que nunca llegué a conocer durante el tiempo que tuve el terminal, me refiero a que con este teléfono si nos quedábamos secos, teníamos un recurso muy interesante, aquí no vale nada de plataformas ni baterías portátiles para reanimarlo, aquí se tiraba de pilas AAA alcalinas normales y corrientes.

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Una memoria para no perderse nada

Si las dimensiones y su calidad fotográfica te han dejado sin habla, espera que hablemos de su capacidad de almacenamiento. Si seguimos contando con el Galaxy S4 como modelo a comparar, mientras que en éste la capacidad de almacenamiento ya llega hasta los 64 gigas, en el flamante “Alcatel One Tochazo” tenía ni más ni menos que la posibilidad de guardar hasta 5 llamadas perdidas, 5 salientes y 5 recibidas. ¿Para qué queríamos más?

Han pasado algunos años, no muchos que aún soy joven, pero si es cierto que la tecnología móvil ha avanzado a pasos agigantados. Ahora estamos acostumbrados a menús en color, pantallas táctiles, Whatsapp, Facebook y si no tiene conexión a Internet es que el teléfono es una castaña.

Las costumbres han cambiado, ahora llamar y enviar mensajes son funciones que pasan casi a un segundo plano “por culpa” de los monstruos que tenemos en el bolsillo. El SMS, por mucho que digan está a punto de morir, y las llamadas, ¿Para qué llamar si lo que queremos decir lo podemos enviar por mensajería instantánea?

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Andrés

Ingeniero informático en formación. Desde que nací con un ordenador bajo el brazo, consumo tecnología casi a diario. Me gusta escribir sobre aquello que merece la pena y me declaro fan incondicional del social media y la redacción.