Nuestro amigo y lector habitual Arroyero ha escrito una entrada, que por cierto ha sido enviada a Menéame (ver aquí), en el que se queja de la tiranía tecnológica de los grandes fabricantes. Partiendo de un artículo que leyó sobre el Blu-ray y su baja implantación actual, Arroyero comenta que a su parecer el problema está en que los desarrolladores de nuevas tecnologías fabrican productos que no interesan al público en general. Me voy a tomar la libertad de copiar un extracto de su interesante artículo, aunque por supuesto recomiendo encarecidamente su lectura en la fuente original:
El informe mencionaba todo tipo de causas probables y estudios de mercado, y yo lo leía una y otra vez y no encontraba las causa que yo veia mas evidente: A la gente, en general, no le interesa
Es curioso el autismo que se desprende de la actitud de aquellos que quieren imponer la nueva tecnología. Viven en su burbuja incapaces de comprender la indiferencia del común de los mortales respecto a aquello que despierta su pasión. Tarde o temprano desisten de explicarlo y pasan a la segunda fase: Imponerlo.
Hablemos claro: La evidente superioridad de la imagen en HD, para la mayoría de la gente, no justifica el precio de adquirir un reproductor Bluray o comprar una televisión HDFull. La calidad del DVD o del TDT es mas que suficiente. ¿Realmente hay quien piensa que a la mayoría se le cae la baba por pasar de 1080i a 1080p? Ni de coña. Especialmente, según lo venden, porque para apreciarlo hay que comprar un televisor aun mas grande.
Entre el amigo Arroyero y yo se ha puesto de moda que últimamente no coincidamos en casi nada y que “discutamos”. Este tema no iba a ser menos, así que me he puesto a escribirle un comentario en su blog pero, visto la extensión que me estaba tomando el mismo, he decidido crear una entrada como respuesta a su reflexión.
La frase de su post que voy a tomar como referencia para mi argumentación es la siguiente, adaptándola al tema de los monitores: "Y si la gente se pasó a los televisores LCD fue simplemente porque no solo les ocupaba menos espacio en su aparador sino sobre todo porque ya no podían encontrar los televisores que buscaban, con su culitos respingones". Como vendedor de tecnología que vivió la transición del CRT al TFT, puedo confirmar que al principio convivían las dos tecnologías. Lo que ocurre es que las ventajas del LCD eran muchas más que sólo el espacio: menos daño a la vista y menor gasto energético (recuerdo que inmediatamente antes de salir los TFT ya empezaba a ser algo normal los CRT de 19", unos monstruos tanto en peso como en espacio y consumo). No hablemos ya de la estética y el hecho de que ya se empezaban a vislumbrar cambios hacia los colores oscuros, alejándose del tradicional beige. Es más, en los últimos estertores del CRT vimos la aparición de algunos modelos en color negro, gris o ambos. Los fabricantes de TFT supieron adelantarse a este cambio de tendencia ofreciendo casi desde el principio diferentes combinaciones de colores, tanto claros como oscuros.
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