Obsolescencia programada, o lo que es lo mismo: Comprar, tirar y volver a comprar. Así lo definía un documental que en su día pude ver y que realmente me dejó un poco sorprendido, hoy lo he rescatado.
La obsolescencia programada parece algo nuevo, un término que si no nos detenemos a pensarlo mucho o no hemos oído hablar nunca de él, puede llegar a parecer una nueva técnica para hacernos la vida más fácil en alguna de nuestras tareas cotidianas; igual nos ayudaría con las compras online como que podría permitirnos realizar el mantenimiento del coche sin nuestra participación, sin embargo, no tiene nada que ver con esto.
Según el vídeo, todo empezó con una crisis
Dicen que cuando la sociedad atraviesa una situación difícil como lo es una crisis, es cuando florecen brillantes ideas que sorprenden al mundo. Se despiertan capacidades como el ingenio y la creatividad, quizá porque sea el momento propicio para hacerlo, quizá porque aprieta el hambre o puede que sea por ambas cosas.
A nosotros, en la crisis del 29 en los Estados Unidos, nos jodieron vivos por lo que se ve, ya que aquí fue cuando la “Obsolescencia programada” empezó a sonar con fuerza, incluso se formuló una Ley.
Obsolescencia programada: El deseo del consumidor de poseer algo, un poco más nuevo, un poco mejor, un poco antes de lo necesario.
Esta misma frase es la que aparecía en televisión allá por aquella década de los 70. Se pensó que la sociedad necesitaba equipos y productos que le fueran de utilidad, pero solo durante un determinado periodo de tiempo, para que así tuvieran que sustituirlos por otros nuevos, y así hasta el fin de los tiempos.
Esto permitiría que la industria siguiera funcionando siempre y dando empleo a millones de trabajadores. ¡No parecía una mala idea!