Nunca he sido un gran aficionado a la fotografía y el vídeo. Al contrario que otros conocidos o amigos, no soy de los que suele llevar la cámara encima ni de los que, llevándola, la sacan a la primera de cambio. Por eso habréis detectado, en cada post que he hecho de mis móviles nuevos, la importancia que le doy a la calidad de la cámara que éstos incorporan, ya que gran parte de mis fotos/vídeos provienen de estos dispositivos.
Evidentemente, cuando un tema no te gusta demasiado tampoco le prestas la atención que se merece. Y es que temas como la ISO, la exposición, el encuadre, etc. me suenan casi a chino. Yo siempre he dicho que, para mí, la cámara ideal es aquella en la que puedes dejarla con los ajustes por defecto, la sacas, apuntas y disparas, y encima la foto resultante tiene una buena calidad.
Tanto es así, que me avergüenza reconocer que hasta hace pocos días la cámara digital que usaba era una Airis DC61 de 6Mpx, concretamente esta:
Y le tenía hasta cierto cariño y todo, porque a la pobre no la he sacado a pasear muy a menudo, de hecho yo diría que hace más de un año que no sale de casa. Por otra parte, muchas de las fotos que hay en este blog se han hecho con ella.
Pero en eso que me fijé en un modelo de Canon en una de mis compras a mi mayorista habitual, porque para empezar estaba disponible en varios colores que se alejaban del típico plateado de toda la vida. Se trataba de la Canon IXUS 100IS (características técnicas aquí):
Se podría decir que me enamoré perdidamente de la de color negro. Y claro, cuando uno se enamora ya se sabe lo que pasa. Empecé a buscar información y opiniones en la web y la opinión unánime, tanto de reviews profesionales como de usuarios finales, era que se trataba de una compacta que otorgaba un grado bastante alto de satisfacción a sus poseedores.
Como suele ser habitual en mí, no me lo pensé demasiado y hace unos pocos días que la tengo:
Lo primero que pensé cuando abrí la caja y la tuve entre mis manos es que cuán acertado estaba el término “compacta” para esta cámara. Es realmente pequeña y bastante liviana (87 x 54,5 x 18,4 mm, 115 gramos), sobre todo comparada con la Airis (la pobre parece antediluviana a su lado). Es exactamente la mitad de gruesa, creo que con esto lo digo todo.