No pretendía hacer un artículo sobre este tema, pero al final me he picado yo solo y necesito calmar mi ansia escribiendo, aunque solo sea un poquito. Quiero que me digas si te sientes seguro ahora mismo, ahí sentado en la silla frente al monitor, pero quiero que me digas la verdad, que realmente me cuentes si crees que sería posible que ahora mismo, alguien sentado en otra silla, desde otra ciudad, pudiera estar ojeando tus carpetas compartidas, tus datos bancarios, etc. sin que te dieras cuenta, ¿Crees que cabría esa posibilidad?
Vamos a tratar este tema, delicado sí, aclarado no. Más que nada porque no se trata de poner en jaque a los antivirus, pues sin ellos estaríamos completamente perdidos, sino de conocer el verdadero potencial de aquellos que realmente saben lo que es capaz de llegar a hacerse a través de un simple cable, de poder asomarnos con mucho cuidado a ese mundo y contemplar las ventanas que siempre quedan abiertas, esos recovecos que muchos desconocen y que nada tienen que ver con lo que hasta el día de hoy sabíamos.
Parece que me haya ayudado Iker Jiménez a hacer la entradilla, pero no es ninguna exageración, es la pura realidad, una realidad que se repite cada vez que accedemos a la red, se trata de un riesgo, de una exposición inevitable. ¿Quién está detrás de todo esto?, ¿Conspiraciones?, ¿Intereses?, ¿Negocios? Son términos que siempre se han asociado a Internet, y que cada X tiempo cogen más fuerza con motivo de las nuevas noticias que se van filtrando sobre acciones dudosas por parte de grandes corporaciones sobre la sociedad.
El cifrado de tus datos
Digamos que entramos en una nueva plataforma donde podemos crear una cuenta y “contratar u obtener gratuitamente” un pedacito de la nube para almacenar todos los documentos que deseamos. Supongamos que esa nueva plataforma se llama DropBag, por no poner una real, y que nos garantiza que nuestros datos están completamente seguros y cifrados, lo que asegura que si algún osado se hiciera con la información, necesitaría la clave de descifrado para poder acceder realmente al contenido sustraído.