¿Cuántos golpes tontos y no tan tontos habremos visto por culpa de toquetear el móvil mientras se conduce? Seguro que muchos. Por esta razón, en muchos países (incluido el nuestro) se ha prohibido su uso si estamos al volante. Aun así, te recomiendo que hagas una prueba para comprobar que esa normativa muchos se la pasan por el codo, por no decir otra cosa. Cuando estés parado en un semáforo, observa a los conductores de tu alrededor: a pesar de que parezca que todos se están mirando la entrepierna con suma atención, la realidad es que están comprobando su bandeja de correo, actualizando su perfil en Facebook o chateando con sus amigos.
Es curioso ver como la tecnología ha conseguido atrapar a muchos hasta tal punto que no son capaces ni de poner el teléfono en silencio cuando van a coger el coche. La parte curiosa es cuando estamos al otro lado de la conversación, donde muchas veces “deducimos claramente” que aquél que nos habla está al volante, pues no es capaz de acertar a escribir una sola palabra bien.
Es el único escenario donde debes evitar los “besitos”…
Es triste que para que dejemos de utilizar el teléfono en el coche nos tenga que pasar un susto, a un servidor, enviar un “ya estoy de camino” hace dos años le costó cambiar el capó completo y pintarlo de nuevo. Fue un “besito”, un golpe leve dentro de lo que cabe, pero por desgracia no todo el mundo se da besitos, otros deciden desviarse de la carretera y descansar en una farola o jardín, y esto queridos lectores es un dato serio y muy a tener en cuenta por nuestra seguridad y, sobre todo, por aquellos que nos rodean y no tienen culpa de nuestras imprudencias.
No hay duda de que la llegada de las pantallas táctiles ha supuesto una revolución y nos han ayudado mucho, sin embargo, conduciendo no nos han servido para mucho, pues siguen obligándonos a interactuar con el teléfono de forma táctil cada vez que queremos consultar algo o realizar una llamada.