Rebeldes de la tecnología: Hackers, crackers y lamers

Piratas, esta es una de las muchas definiciones que se les da a aquellos personajes con alto grado de peligrosidad que circulan por la red en busca de una nueva presa. Ya no es necesario salir a la calle con la billetera llena para tentar a los cacos con el olor del dinero fresco, como todos sabemos, en la red; un mundo completamente paralelo y algo similar al físico, es muy frecuente ver como a más de uno le roban la cartera aun sin darse cuenta. Y ya no solo el dinero, sino que también sus documentos personales, sus contactos, su equipo e incluso su identidad.

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Desde que la informática ha entrado en nuestras casas, es muy frecuente ver como a diario aparecen casos de estafas y manipulaciones en cuentas, páginas web, agendas o perfiles sociales de las empresas o particulares. En el mundo del rebelde informático no todo es delinquir, también los hay que se dedican a difundir y enseñar las ventajas que la red ofrece, pero hay otros, en mayor número que, ya sean amateur o profesionales, que tienen como principal objetivo dañar y boicotear todo aquello que desean.

¿Cómo distinguirlos?

Gracias a sus acciones y filosofía particular podemos identificar y clasificar a cada uno de ellos en diferentes grupos. La sociedad que se ha generado dentro del mundo virtual es muy variada, y cada vez que nos vayamos preocupando un poco más por conocer su jerarquía, veremos que aparecen nuevos tipos y clases de rebeldes informáticos.

Para que podamos hacernos una idea de cada uno de los grupos más numerosos y estandarizados del “crimen virtual” según los medios, vamos a realizar un pequeño repaso por todos ellos mostrando sus principales características:

El Hacker: El grupo más inofensivo

Éste se sitúa en el nivel más elevado ya que cuentan con una base de conocimientos espectacular, sobre todo en sistemas informáticos y comunicaciones. El significado inicial del término, y que se pretende volver a él, se basaba en aquellos apasionados por la tecnología y los ordenadores. Hace un par de meses definí la figura del hacker como una acumulación de diferentes perfiles orientados hacia el lado oscuro, donde unos eran más agresivos que otros. Dominan a la perfección la electrónica y la programación para poder infiltrarse, sin ser detectados, en cualquier otro ordenador o red.

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Por norma general, ellos llegan, miran y se van, generalmente no es un grupo dedicado a la modificación o hurto de la información que se encuentran. Solo utilizan sus conocimientos para poder entrar en cualquier espacio remoto y poder decir: “Yo conseguí entrar aquí”. Además, muchos de ellos se dedican exclusivamente a detectar vulnerabilidades de los programas comerciales, informando directamente a su fabricante para realizar la corrección, o los que son más agresivos, la comparten con la comunidad para fines un tanto más delictivos.

Crackers: Los rompe sistemas

Su nombre les define, son aquellos piratas especializados en adentrarse en las entrañas de los sistemas y crackearlos. Este es uno de los grupos más temidos por fabricantes y más criticados por la prensa. Poseen una gran fama por difundir abiertamente en la red las claves de una intrusión exitosa y crear programas destructores.

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Para poder entrar en los equipos es necesaria una muy buena formación, por lo que este grupo también posee una alta preparación en cuanto a programación y sistemas avanzados. Conocen a la perfección las dos caras de la tecnología, tanto la física como la electrónica, ya que sus acciones no solo se limitan a software, sino que también afectan al hardware.

Lamers: Los más numerosos y ruidosos

En este grupo se incluyen a todos aquellos principiantes a los que les corroe por dentro las ganas de hacer hacking. Muchos de ellos no tienen prácticamente ningún tipo de formación ni idea sobre el funcionamiento del ordenador, no hablemos entonces de programación. Sin embargo, gracias a la multitud de información y tutoriales que encuentran en la red, son capaces de hacer sus primeros pinitos infiltrándose en ordenadores de terceros.

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Cuando me refiero a ruidoso, quiero decir molesto. Dado que no se les considera expertos en el tema, su actividad siempre deja rastro y generalmente son ellos mismos los que se auto delatan dejando su firma en cualquier equipo o web al que han accedido. También son incómodos porque a pesar de su poca profesionalidad, son los más preocupados en probar el nuevo software de hackeo que se va creando, por lo que los principales problemas de seguridad que encontramos en la red provienen de ellos. No hay que perderlos de vista.

¿Algún cracker famoso?

Leyendo bastante sobre muchos de ellos, he optado por quedarme con un auténtico genio, un hombre que si se hubiera dedicado a trabajar desde el marco legal, habría aportado mucho más que una leyenda para los actuales cibercriminales.

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Se trata de Kevin Mitnick, uno de los crackers más difíciles de alcanzar para el FBI. Cuando tenía apenas 10 años nuestro amigo se infiltró en el sistema de defensa de los Estados Unidos, como en las películas. Pero ahí la historia solo acababa de comenzar, pues desde ese momento, Mitnick ha sido capaz de violar cualquier sistema de seguridad militar, empresarial o particular. No tiene límites este chico.

Un guiño al hacker

Como sé que tengo la costumbre de marcar el término hacker como algo negativo y mal visto por la sociedad, he optado por contribuir con un pequeño guiño a conseguir recuperar también la verdadera definición de este colectivo, el cual muchas veces es inofensivo y solo busca el conocimiento y dominio total sobre un campo concreto de la informática y/o electrónica sin ningún tipo de fin delictivo, pero que por confusiones a la hora de hablar sobre ellos se suele confundir al original hacker como un pirata informático.

Acerca del autor Ver todos los posts

Andrés

Ingeniero informático en formación. Desde que nací con un ordenador bajo el brazo, consumo tecnología casi a diario. Me gusta escribir sobre aquello que merece la pena y me declaro fan incondicional del social media y la redacción.