Hay algunos con mucho morro

Aunque los que seguís con asiduidad los blogs del colectivo de servicios técnicos informáticos (como los que hay en mi lista de enlaces) ya habéis leído historias de todo tipo sobre el morro que tienen algunos clientes, he pensado en contaros una anécdota que nos pasó con uno a principios de año.

Circunstancias de la cliente: chica joven de unos 25 años, conocida mía (como mucha gente del pueblo), amiga también de familiares. Esto lo comento para que veáis que a veces la confianza da asco.

Portátil con base en Homotecno Nos trae un portátil bastante antiguo y nos cuenta que en la Nochevieja pasada un tío suyo, en un momento de efusividad, le echa encima un vaso lleno de cava con la consecuente petada del ordenador. La cliente, ni corta ni perezosa, se coge un secador de pelo y está un buen rato echándole aire caliente para ver si así consigue resucitarlo. Para que el aire entrara bien por todos los lados coge un destornillador y hace palanca en el botón de encendido “para que se secara también por ahí”, dando como resultado lógico la rotura del antedicho botón. Le decimos que estamos hasta arriba de trabajo, que tardaríamos unos días en mirárselo, y nos contesta que le hacen falta los datos del disco duro (por si había que borrarlo) pero que puede esperar.

A los 3-4 días se pasa otra vez por la tienda y todavía no habíamos podido ni sacarlo de la bolsa (porque lo trajo en una bolsa de plástico junto con el cargador). Hablamos un poco con ella del caso y le explicamos que no estaría de más pensarse la adquisición de un portátil nuevo dado el precio al que estaban los de gama baja (sólo lo usaba para navegar por internet y hacer trabajos de la facultad). Como no parece muy interesada le explicamos por encima lo que le podría costar la reparación y los precios de portátiles nuevos de gama de entrada. Nos dice que se lo pensará.

Unos 3 días después nos aparece en la tienda con un portátil nuevo adquirido no sé dónde, y nos dice que era una oferta que había visto “que no podía dejar escapar”. Le urgía el trasvase de los datos para ponerse a trabajar enseguida y nos deja el nuevo para que le hagamos el servicio “hoy si puede ser porque sino suspenderé una asignatura”. El portátil era de la gama más baja posible: Acer con Celeron, Vista Basic y 80 gigas de disco duro dividido en 2 particiones. En estos casos lo que solemos hacer es sacar el disco duro del portátil viejo, lo metemos en una caja externa, lo conectamos al ordenador nuevo por USB y traspasamos todo lo que hay. Nos disponíamos a hacer eso mismo pero resulta que no nos cabían todos los datos en ninguna de las particiones del Acer ya que tenía el disco antiguo (también de 80 gigas pero en una sola partición) a tope.

Acordándonos de todos los parientes del tiparraco al que se le ocurrió particionar los discos duros en ordenadores nuevos (lo hacen casi todas las marcas) empezamos a examinar los datos para ver qué le pasábamos y qué no. Para no aburriros, lo importante del caso es que tuvimos que estar bastante más rato del previsto con este arreglo. Desgraciadamente no me acuerdo del tiempo exacto, pero cualquiera de vosotros ya se lo puede imaginar más o menos.

Viene la cliente, le damos los 2 ordenadores y le explicamos los datos que le hemos copiado. Nos confirma que estaba todo correcto ya que lo que ella necesitaba estaba en lo que le habíamos mudado. En un alarde de gilipollez generosidad, por ser quien era le paso una minuta por el trabajo realizado de 25 euros. Se queda mirando el albarán y me suelta el tan típico “ya pasaré”. Noté algo raro en su expresión pero no le di demasiada importancia.

Al cabo de una hora más o menos suena el teléfono y era la madre de la cliente. Aquí  ya tengo que hablar de memoria por desgracia, pero lo más bonito que oí fue “pero qué os habéis creído, cómo le cobráis esto a mi hija”, “ese trabajo no os habrá llevado más de unos minutos”, “es una exageración”, “encima que tardáis en mirárselo”… y así unas cuantas. Me pilló tan de sopetón que como buenamente pude intenté explicarle que eso de “unos minutos” ni pensarlo y le enumeré los pasos realizados en el trabajo. Al final se despide con “bueno, pues ya pasaré a pagaros”.

Y así hasta hoy, después de 3 meses todavía seguimos esperando a que pase a liquidar Homotecno cabreadolos 25 euros. Hay caraduras y caraduras, pero esto ya roza el esperpento: se compra un portátil en otro sitio sin ni siquiera pedirnos presupuesto y la muy jeta espera que le hagamos una mudanza de datos sin cobrarle!!! Y yo como un imbécil haciéndole una gracia en la minuta, si es que no tengo remedio, 7 años en la tienda y todavía me pasan estas cosas.

Acerca del autor Ver todos los posts Web del autor

Juanjo

Me llamo Juanjo y en un sucinto resumen se podría decir que soy un informático adicto a las series, el cine y la lectura, además de apasionado por los ordenadores, móviles, gadgets, internet, videojuegos… lo que viene a ser un geek ;).