Ya os comenté hace unos días que me había comprado un nuevo portátil. Durante los días en que estuve pensando cuál sería mi elección, estuve visitando varios MediaMarkt y PcCity para poder ver algunos modelos “en vivo” y además hacerme una idea de qué se estaba vendiendo por aquellos lares.
Lo primero que me sorprendió es la gran cantidad de Acer y HP que había, madre del amor hermoso, aquello casi parecía un oligopolio.
Pero desde luego lo que más rabia me produjo fue el hecho de que, después de casi un año desde el post que escribí sobre el tema, las cosas no han cambiado demasiado. Una de las cosas que exijo a cualquier portátil que se pueda adquirir hoy en día es que integre bluetooth “de casa”. Yo creo que es algo de pura lógica, hoy en día quién no tiene un móvil con cámara y quién no disfruta de la posibilidad de poder traspasar fotos, canciones y demás. Pues parece que muchas marcas están empeñados en que esto no puede ser.
Señores fabricantes, si hasta los netbooks de poco más de 300 euros lo integran de serie. Si integrar un dispositivo bluetooth debe suponer un precio irrisorio para ustedes con la cantidad de unidades que sacan de sus instalaciones. Que no se preocupen, que me da igual pagar un pelín más por lo mismo si tengo la ventaja de tener bluetooth integrado.
Y no creáis que estaba mirando modelos de gama baja, ni mucho menos…
Necesitaba un portátil de 15 a 17 pulgadas, con mucho procesador y memoria y con teclado numérico integrado. Bueno, para qué os voy a engañar, en el fondo también quería mucho disco duro, memoria Robson integrada, gráfica dedicada y potente, ¡lo quería todo!
Pues bien, si supierais la cantidad de modelos que me gustaron de entrada y que tuve que rechazar por lo del bluetooth… el colmo fue ver en el PcCity un portátil Acer de 1500 euros, con procesador Quad Core, del cual me dije “este es el mío”. Leo el folleto que había a su lado y veo “bluetooth”. Estupendo. Pero espera, en la pegatina que llevaba en el chasis no salía la palabra mágica por ningún lado. Llamo a uno de los empleados que había por allí pululando y le pregunto: “oye, ¿seguro que este lleva bluetooth integrado?”. Se me quedó mirando raro, y me suelta: “pues si lo pone ahí debería ser que sí, de todas formas vamos a mirarlo”. Y como me temía no lo llevaba. Ahí sí que casi me da un síncope… le meten un procesador de 4 núcleos, 4 gigas de memoria DDR3, una gráfica mucho más que decente, Blu-Ray, pantalla de más de 18 pulgadas, una flipada (que a mí no me gusta nada) de controles multimedia táctiles en el lado izquierdo (ya podrían haber aprovechado para instalar un teclado más amplio)… y se dejan el bluetooth. Aquí lo tenéis:
¿Soy el único que piensa que esto no debería ser así? ¿Cómo pretendes vender un completo centro multimedia, el colmo del entretenimiento doméstico, y te dejas algo tan esencial?
