Desde hace ya algún tiempo, estoy detectando que el filtro de Spam de Gmail está fallando bastante. Y cuando digo fallando, me refiero a que está marcando como Spam muchos correos que son legítimos.
No es algo que no venga ocurriendo ocasionalmente, pero es que últimamente la cosa se ha disparado a límites un tanto peligrosos. Hace años que todos mis correos, tanto de negocios como personales, los tengo derivados a cuentas de Gmail por la enorme ventaja que suponía aprovecharse de su filtro de correo basura, que entonces era de lo mejor (por no decir el mejor) que existía. Había otros motivos, como el hecho de que gracias al IMAP y Thunderbird Portable tengo siempre sincronizado mi correo lo vea donde lo vea: en el fijo del trabajo, en los portátiles, en casa, etc.
Hace unas pocas semanas, perdimos una venta importante porque un cliente nos envió un pedido urgente. Cada ciertos días suelo echar un vistazo a la bandeja de Spam por si acaso, pero coincidió que ese correo nos lo envió al poco rato de hacer la comprobación y hasta al cabo de un tiempo no lo volví a mirar (gran fallo por mi parte). El cliente buscó otro proveedor para conseguir el material que necesitaba y desde entonces no hemos vuelto a saber nada de él.
Esto activó, lógicamente, todas las alarmas y desde entonces miro prácticamente todos los días dicha bandeja, y puedo afirmar que cada muy poco tiempo se cuela en ella algún correo que no debería ser derivado allí. De momento lo estoy arreglando creando filtros en Gmail (a través del correo web): cuando veo que un mail se va a Spam y no quiero que así sea, creo una regla para que no vuelva a suceder. Y os aseguro que tengo la lista de filtros bastante llena.
Sirva esto de aviso para la gente que haga el mismo uso que yo de Gmail, ya que soy consciente de que no son pocos.
