Hoy os voy a contar una de esas historias que, si no fuera porque la he vivido de cerca, no la creería.
Un buen y cercano amigo es poseedor de uno de mis ex-móviles, concretamente un HTC Desire. Se lo vendí cuando adquirí mi Samsung Galaxy S2, hace aproximadamente un año. No tenía ninguna duda de que el Desire era un gran móvil, pero esto ha superado toda expectativa.
Resulta que dicho amigo, el pasado viernes, tuvo la brillante idea de meterse en una piscina… sin pensar que llevaba dicho móvil en el bolsillo. Y así estuvo durante unos 5 minutos, hasta que cayó en la cuenta. Cuando salió, extremadamente compungido por la inminente pérdida del terminal, no se le ocurrió otra cosa que darle al botón de encendido para ver si seguía funcionando (lo cual es un gran error)… para comprobar que la pantalla se encendía sin ningún problema aparente. Por fortuna, la gente allí presente le dijo que lo abriera inmediatamente y sacara la batería, y que no lo cerrara. Lo que hizo después fue dejarlo al sol durante un rato (otro error), para por la tarde llamarme y pedirme consejo sobre qué hacer.
Le vaticiné una compra inminente de un nuevo terminal, pues no creía que después de semejante inmersión el Desire volviera a la vida. Aún así, le indiqué que comprara un paquete de arroz, y que enterrara al móvil y la batería (por separado) en algún recipiente, y lo dejara así cuanto más tiempo mejor.
Después de 24 horas, lo volvió a montar… y aquí está el resultado:
He tenido oportunidad de revisarlo hace un rato y está funcionando a la perfección: botones, pantalla… todo está como si nada hubiera ocurrido. Para ser exactos y concisos, he de decir que se le habían ido todos los accesos directos y widgets de los escritorios, y que Google Maps y el Play Store no funcionaban (presentaban un error de cierre inesperado). Procedí a desinstalar dichos programas, que en realidad eran actualizaciones ya que la ROM nativa de HTC incorpora estas aplicaciones en versiones de hace tiempo y estas no se borran, para comprobar que dichas versiones antiguas funcionaban a la perfección. Posteriormente se volvieron a actualizar y el móvil ha quedado exactamente igual a como estaba previamente al incidente.
Así pues, estos son los consejos para arreglar o reparar un móvil que haya sido mojado:
– No pulséis el botón de encendido. Ya sé que la tentación de hacerlo puede ser enorme y quizá sea el primer reflejo, pero debemos evitarlo a toda costa ya que podemos provocar un cortocircuito.
– No es buena idea tampoco ponerlo sobre estufas, radiadores ni tampoco aplicarle aire caliente (con un secador, por ejemplo) o dejarlo al sol.
– Quitad la tapa trasera y sacad la batería y la SIM a la mayor brevedad.
– Pasad un paño seco, pañuelo o papel de cocina por el terminal y la batería para eliminar las gotas más superficiales. Igualmente con la SIM.
– Enterrad el móvil y la batería en arroz, cuanto más tiempo mejor, incluso varios días. El arroz tiene la propiedad de ser un excelente absorbente de la humedad.
Con un poco de suerte, luego volveremos a montar el terminal y al encenderlo, veremos aliviados que todo funciona normalmente. Evidentemente este método casero no siempre funciona, pero intentarlo no cuesta nada.
Recordad que si os ocurre un caso similar no podréis hacer uso de la garantía ya que como norma general siempre se excluyen esta clase de accidentes.
¿Os ha pasado alguna vez algo parecido? En caso afirmativo, ¿pudisteis salvarlo?