Otra historia que quería contaros, de las que me han pasado últimamente, está relacionada con Vodafone y su ADSL. Como los lectores veteranos recordarán, hace justo un año contraté esta modalidad de internet en casa, contratación que no estuvo exenta de problemas. Os lo conté todo en estas entradas:
– Aunque parezca increíble, hay veces que parece que algunas operadoras de ADSL no quieren vender
– Vodafone ADSL, o como a estas alturas todavía me puede sorprender la incompetencia
– Rectificar es de sabios, o Vodafone ADSL parte 2
Luego hice otro post en el que comentaba las pruebas de rendimiento de dicha ADSL, titulado Pruebas de velocidad de Vodafone ADSL 10 megas.
Pues bien, al tener ese producto de Vodafone y, por tanto, ser cliente suyo empecé a interesarme por los foros en los que se hablaba de dicha compañía. La nota habitual y general era el descontento, sobre todo en lo que respecta a facturación y cobros erróneos. Muchos clientes se quejaban de que les cobraban llamadas que no deberían haberse tarificado por tener algún plan de ahorro activo, activaciones de tarifas de datos no solicitadas, etc. Así que empecé a observar con detenimiento las facturas, dado que llegué a pensar que esta clase de errores no era la excepción, sino más bien la norma.
E irremediablemente llegó el día: en una factura me aparecían llamadas a fijos que habían sido cobradas, cuando por tener la ADSL estas llamadas son gratuitas. También observo que el precio de las llamadas a móviles era inusualmente alto. Llamo a atención al cliente, me lo miran y me dicen que tengo razón, que me lo abonan en la próxima factura. También me dice el que me atendía que tenía una tarifa de móviles muy poco aconsejable, que sería interesante cambiarla. Me informa de que el cambio es gratuito y transparente, se lo pregunto varias veces por si acaso y reincide en su respuesta. Después de escuchar las opciones disponibles, autorizo el cambio a la que más me gustaba. Y aquí viene la sorpresa.
Cuando abrí la siguiente factura, casi me caigo de la silla. El importe era de… 220 euros (lo normal son alrededor de 40). Reviso los conceptos y veo que me habían apuntado un cargo de 150 euros (mas IVA) por baja del servicio antes de los 18 meses de rigor. Una vez calmado, llamo a atención al cliente y expongo el caso. Me lo revisan y, después de un rato con la musiquita, me dan la razón. Por lo visto, en sus sistemas (he leído en numerosísimas ocasiones que son un auténtico desastre) el hecho de cambiar la tarifa implica que esto sea reconocido como baja del ADSL.
Lo mejor del caso es que, en Vodafone, cuando pasa una cosa de estas la política es descontar el importe facturado de más en sucesivas facturas. Yo ya lo sabía y por eso preferí no liar más el asunto, aunque lo correcto sería devolver el importe sobrante por transferencia, máxime teniendo en cuenta que el error ha sido suyo. Como decía, en mi caso decidí no complicar más las cosas ya que tenía dudas de que la gestión de devolución se realizara correctamente aún sin pedir la devolución mediante transferencia.
Al final todo salió bien y estuve varios meses pagando 0 euros hasta que las facturas han cubierto el saldo que tenía a mi favor (los 150 euros mas IVA). Pero ahora yo me planteo las siguientes reflexiones:
– Vodafone ha conseguido que yo, un cliente particular, les haya prestado 150 euros mas IVA a X meses a interés cero.
– Multiplicad los errores de facturación que tienen por la cantidad de clientes y veréis cuánto dinero adelantado consiguen estas empresas todos los meses sin pagar ni un céntimo por ese “préstamo”. Y ojo, no olvidemos que habrá una cantidad ingente de equivocaciones menores que no se reclaman por ser pequeñas o porque el cliente no se da cuenta de las mismas.
– ¿Qué hubiera pasado si este error se hubiera dado en una de las tantísimas familias que hay hoy en día que llegan más que justas a fin de mes? ¿Cómo podría admitirse entonces que se le ofreciera a dicha familia la solución de amortizar el sobrepago en futuras facturas? No tendrían más remedio que devolver el recibo de Vodafone para poder pagar cosas más importantes, como la hipoteca. Y entonces ya tenemos armado el jaleo, por mucho que la culpa no sea suya.
Aunque no sea santo de mi devoción, ni muchísimo menos, he de comentar que Movistar, contrariamente a Vodafone, siempre que ha cobrado de más y me he quejado por ello me han devuelto el importe vía transferencia. Pero también es de justicia comentar que en un par de ocasiones tuve que llamar más de una vez para preguntar qué pasaba con la devolución, que no llegaba.
Acabo ya comentando que, a día de hoy, tengo decidido cambiar de ADSL cuando a finales de este año finalicen los 18 meses de permanencia a causa de todo esto que ha ocurrido, sumado a otros pequeños inconvenientes que no es que sean insufribles pero sí molestos.
